DIRECTOR DE ORQUESTA HÚNGARO, ZSOLT NAGY: “CON ESTÍMULO Y PARTICIPACIÓN LA MÚSICA CLÁSICA PUEDE LLEGAR A MUCHAS MAS PERSONAS”

[vc_row][vc_column width=”1/3″][vc_single_image media=”2576″ media_width_percent=”100″][vc_button button_color=”color-vyce” size=”btn-lg” border_animation=”btn-ripple-in” wide=”yes” outline=”yes” shadow=”yes” link=”url:http%3A%2F%2Fcesars212.sg-host.com%2Fnoticias%2F|||”]Todas las noticias[/vc_button][/vc_column][vc_column column_width_percent=”100″ position_vertical=”middle” overlay_alpha=”50″ gutter_size=”3″ medium_width=”0″ shift_x=”0″ shift_y=”0″ z_index=”0″ width=”2/3″][vc_column_text]Noviembre 2011[/vc_column_text][vc_custom_heading]DIRECTOR DE ORQUESTA HÚNGARO, ZSOLT NAGY: “CON ESTÍMULO Y PARTICIPACIÓN LA MÚSICA CLÁSICA PUEDE LLEGAR A MUCHAS MAS PERSONAS”[/vc_custom_heading][vc_column_text]El destacado músico vuelve a dirigir la Sinfónica de Chile, en un reencuentro de la mano de Dvorák y Grondahl, los compositores abordados en el programa que la Sinfónica de Chile ofrecerá el 25 y 26 de noviembre.

El nombre de Zsolt Nagy comienza a hacerse cada vez más habitual entre el público que asiste a conciertos de música clásica en Chile.  Desde su primera visita al país algo especial lo atrae hasta estas lejanas tierras. “Viajé por primera vez hace cinco años y desde entonces he estado viniendo cada Temporada, incluso el año pasado estuve dos veces.  Me gusta Santiago, la calidez de los músicos y de algún modo siento que la audiencia tiene mucho interés en la cultura musical. Recuerdo haber sentido este tipo de sensación entre las décadas de 1970 y 1980 en Europa y desgraciadamente, la hemos perdido de alguna manera”, afirma.

Con la Orquesta Sinfónica de Chile debutó el año 2007,  logrando una gran comunicación con los músicos de la agrupación, quienes le otorgaron el Premio Víctor Tevah al mejor director de esa Temporada, como también con el público y la crítica. El 25 y 26 de noviembre subirá nuevamente al podio para dirigir el último concierto de la Temporada 2011 de la OSCH  y, además,  ha sido invitado para hacerse cargo de dos programas de la Temporada 2012.

Zsolt Nagy, quien desde 1999 es director artístico principal de la Israel Contemporary Players y desde 2002 se desempeña como profesor de dirección orquestal en el Conservatorio de París,   nació en Gyula, Hungría, en 1957. Comenzó su carrera musical como asistente y director en el Teatro Ciudad de Békécsaba  entre 1976 y 1979. A la edad de 23 años inició sus estudios de dirección orquestal con István Párkai en la Academia de Música en Budapest, titulándose en 1984.

Zsolt Nagy ha trabajado con importantes orquestas internacionales, entre ellas,  la Orquesta de la RAI en Milán y Turín, la Sinfónica de Jerusalén, la Sinfónica de la BBC, la Sinfónica Nacional de Hungría, la RIAS de Berlín, la Orquesta de Santa Cecilia en Roma, la Filarmónica de la Radio en Hilversum, la Filarmónica Geidai en Tokio, la Nueva Filarmónica de Japón, el Ensamble Itinerario en París, la Sinfonietta de Londres, el Ensamble InterContemporáneo, el Ensamble Varianti en Stuttgart, el Klangforum de Viena, el Israel Contemporary Players, la Opera Vest, el UMZE en Budapest, el Collegium Novum en Zurich y el Ictus en Bruselas, entre otras.

CONCIERTO TRADICIONAL

El programa que usted dirigirá el viernes 25 y sábado 26 de noviembre próximo incluye dos obras de compositores húngaros ¿Qué tienen en común ambas?¿Cómo define cada una de ellas?

Partimos desde el concierto para trombón y orquesta de Grondahl  que ya estaba programado. En lugar de incluir otras composiciones escandinavas y, a pesar de que no soy un experto en ese campo, quise hacer algo húngaro. Aunque el concierto es bastante tradicional, va bien con la Obertura Carnaval de Dvorák y la obra Minutos Sinfónicos de Donhányi. De hecho, las dos piezas no tienen mucho en común. Representan un tipo de contraste.

Los Minutos Sinfónicos de Dohnányi es una especie de sinopsis de la música clásica-romántica europea (con un brillante arreglo y una virtuosa parte instrumental), muy bien balanceada con Dvorák. Interpretada pocas veces, merece ser incluida más a menudo en los programas de conciertos; por dondequiera yo dirija, es bienvenida con entusiasmo por la orquesta y también por la audiencia.

Las Danzas de Marosszek de Zoltan Kodaly tampoco son tocadas muy a menudo. Esta obra entrega una especie de caleidoscopio de la gran “Dance-House” tradición transilvana. Personalmente, me gusta más que las Danzas de Galanta. Espero que la toquemos tan bien que la audiencia la entienda y la disfrute.

¿Cuáles son sus  expectativas respecto de su participación en dos conciertos de la Temporada 2012 que el CEAC acaba de lanzar?  (más info: Temporada 2012)

– Muchas, siempre quiero volver, pese a que tengo mi calendario repleto el próximo año. Estaré en Ámsterdam, Madrid, París, Tel Aviv, Zurich, pero tal vez el más fascinante será mi viaje a Tokio, el que será por un mes completo para realizar varios proyectos y también hacer clases.

¿Qué significó para usted recibir el Premio Víctor Tevah de la Sinfónica de Chile como Mejor Director de la Temporada  de Conciertos 2007?

-Un gran honor, especialmente porque fue dado luego de una votación de los miembros de la orquesta y no por un jurado profesional. Para mí es importante saber qué piensan los miembros de la orquesta.

De todas las orquestas que hasta ahora ha dirigido  ¿Cuáles han sido las que más han influido en su carrera musical? ¿Por qué?

– Es difícil escoger, pero es necesario.  Debo mencionar la BBC SO en Londres (están tan adelantados como un Ferrari), la DSO en Berlín (la antigua RIAS, por su calidad sonora), la New Japan Philharmonic. No es justo escoger, ya que hay muchas otras que también son realmente buenas.

Conjuntamente con la dirección usted desarrolla una importante labor docente ¿Cómo ve el futuro de la carrera de dirección de orquesta?

-Para ser muy honesto, no me interesa esa imagen romántica de una “carrera”. De todas maneras, pienso que ese concepto tiene un significado diferente para cada persona.   Nada es más valioso en nuestra vida que hacer lo que a uno le gusta como una profesión. Me siento a gusto como músico, pero teniendo una posición de jefatura. Si dirijo una pieza de acuerdo al estilo y “sonido ideal” del compositor y  si los músicos disfrutan nuestro trabajo conjunto, entonces me siento feliz.

¿Siempre quiso ser director de orquesta o en algún momento tuvo otros intereses profesionales?

-De hecho, no. Estaba más interesado en tocar jazz, en la física y en muchos otros hobbies.  La dirección llegó como una presión de mi entorno.

¿Cree que la música clásica puede llegar a un público masivo? ¿Cómo?

– Sí,  con mayor estímulo y participación. He hecho un  experimento muy interesante en Hungría en la década de 1980. Organizamos un evento cultural por una semana con cuatro amigos en diferentes campos: música, literatura, teatro y cine. Escogí a 20 candidatos (de entre 300 jóvenes entre los 14 y 18 años) provenientes de pequeños pueblos, grandes ciudades, con poco y gran bagaje cultural, estudiantes de enseñanza media o simples trabajadores. Hubo sólo una condición: nadie debía tener formación musical. Fue asombroso lo receptivos que fueron a la música clásica y contemporánea sin ninguna idea preconcebida. Sólo en una hora fuimos capaces  de escuchar  Le Grand Macabre de Ligeti y un joven pudo describir esta música perfectamente en una sola frase.

Con mis amigos trabajamos en cuatro grupos separados con los jóvenes. Al final, fue una noche de trabajo conjunto,  como resultado de la semana. Mi grupo compuso una pieza sobre un poema escrito por el otro grupo  y todos lo “interpretamos” sin instrumentos, usando la voz y el cuerpo. Al final nos ovacionaron de pie. Todavía sigo recibiendo cartas de ellos incluso después de varios años.

Nury Constenla C.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

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